jueves, 22 de septiembre de 2011

Bar de la esquina.

El vino se ha derramado en mi vestido
si primor, ha vuelto a pasar.
Cada noche camino al mismo bar
con mi traje blanco a la crema
por calles ya muertas.
Me siento a hablar con la misma persona de ayer,
parloteando la misma historia de ayer,
tomando el mismo trago de ayer,
llorando las mismas penas de ayer,
derramando sangre, en el mismo pañuelo de ayer.
Esto dice así, muy cerca al oído
muy al centro de la pista
muy clásico para nosotros.
Te di esperanzas para mañana
te di caricias para el momento
te deje palpitando lo de ayer
pero hoy es un nuevo amanecer
y de tanto esperar
uno mas me dice Adiós.
Pero no interesa
ya sabias que no eras para mí
que las canciones fueron en vano
y el dinero ya fue derrochado
que al fin y al cabo siempre río
en el mismo asiento del bar.
Entre vaivén y nubes turbias
he sentido el golpe de mis calles brutas
y el quiebre de mis tacos
al llegar al bar, al salir del maldito bar.

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