jueves, 22 de septiembre de 2011

Bar de la esquina.

El vino se ha derramado en mi vestido
si primor, ha vuelto a pasar.
Cada noche camino al mismo bar
con mi traje blanco a la crema
por calles ya muertas.
Me siento a hablar con la misma persona de ayer,
parloteando la misma historia de ayer,
tomando el mismo trago de ayer,
llorando las mismas penas de ayer,
derramando sangre, en el mismo pañuelo de ayer.
Esto dice así, muy cerca al oído
muy al centro de la pista
muy clásico para nosotros.
Te di esperanzas para mañana
te di caricias para el momento
te deje palpitando lo de ayer
pero hoy es un nuevo amanecer
y de tanto esperar
uno mas me dice Adiós.
Pero no interesa
ya sabias que no eras para mí
que las canciones fueron en vano
y el dinero ya fue derrochado
que al fin y al cabo siempre río
en el mismo asiento del bar.
Entre vaivén y nubes turbias
he sentido el golpe de mis calles brutas
y el quiebre de mis tacos
al llegar al bar, al salir del maldito bar.

martes, 13 de septiembre de 2011

He decidido quedarme atrás.

Sin ánimo, sin aliento,
sin pasos ni sombras refregándome en el maldito desnudo.
Y me voy llorando,
me voy cantando,
me voy saltando,
me voy sintiendo exagerada al andar
para volver a unirme a la carretera
y ver tan lejos, lejos lo que podría ser de mí.
Me voy con las ganas en las manos
caminando hacia aquel lugar tan ido, ido de respuestas.
Preguntándome que ha de faltar
para poder sentir la quemada de tus ojos
que ha de faltar para poder abrazar sin prejuicios
que ha de faltar para correr sin ojos en la espalda
que ha de faltar para cruzarnos las palabras.
Llego rendida después del día
nítida como siempre, radiante
pero rendida.
Frustrada a medio amanecer
cansada de uno y cuantos sonidos
temblando de ira contra la vida.
Gritándome en contra de la pared y un espejo
un par de frases ya repetidas
retándome, regañandome enfurecida
sobre los aires de cuyos momentos
que he perdido en mis bajos mares y eternos diluvios.
Miro pensando en lo infinito
con temor a elegir un límite,
límite erróneo,
límite absurdo.
Me he visto en el reflejo de la ventana
con miedo a asomar ni una pelusa,
me he visto ahí, porque sin querer me he conformado ya con el solo reflejo.
Penoso una vez mas el relato y la película de mis memorias
justo como no quería, justo como me hace daño.
Nuevamente he montado una nube
para poder bautizarla en mi honor
pero veo, indago
y percibo que existe un sol y un paraíso,
luego ya no respiro y caigo al vacío
negando a la muerte, negando a la vida
en un limbo imparable
del cual ya quiero bajarme.

domingo, 4 de septiembre de 2011

ahora

Tan inexplicable.
Calla! que yo callare.
no quiero exaltar ninguna palabra
solo saborear a la nueva sabiduría.
sentirla fluir y vivirla,
Vivir de ella...
Aplaudir lo que ya era
y complacerme de convencimientos,
verdades o tal vez mentiras.

No podría ser una ninfa.

Ella no tiene edad ni lugar en la ciudad,
con solo tantear puede quemar las heladas
y con solo mirar puede raptar la victima de su deseo.
Puede sentir el vacío al fin 
y llenarlo de agridulces armonías.
Cautivar al mismo placer
y por cada caricia hacerte sentir como una deidad.

Sus noches y sus días pueden tornarse al rojo intenso,
transformar el cielo en mar espeso 
y nadar cautiva en un suspiro,
nadar fuera de las manos de algún feudal.

Sucia.